Cerdeña siempre ha tenido la suerte de ser menos popular que otras islas del Mediterraneo, un lujo que mantiene a sus gentes y a gran parte de su entorno en su estado original. Las playas de la isla son de agua transparente, su naturaleza virgen sorprende a cualquiera.
Los Sardos son poco parecidos al resto de los italianos, presumen de su personalidad austera, su humanidad es excelente y las mujeres se jactan de su belleza.