Brasil es un país fascinante con una extensión de 8. 500.000 km² y 180 millones de habitantes. Primero llegaron los portugueses, españoles y holandeses. Piratas, mercaderes, exiliados, esclavos... En el siglo XIX se formaron ciudades de la nada, alimentadas por los mares de inmigrantes que llegaban de Europa y Asia y que en su gran mayoría se asentaron en el sur y el sureste del país; italianos, alemanes, japoneses, libaneses, polacos, españoles.

 Durante muchas décadas tanto los indígenas, los esclavos y los inmigrantes trabajaron duro para sobrevivir entre la corrupción y la injusticia social, fue hasta hace poco un "far west" sin Waine ni Ford, desconocido por el resto del mundo. Todos estos factores entre muchos otros ayudan a hacerse una idea de la diversidad cultural, naturaleza y riqueza que tiene el país tropical.

 Las referencias que tenemos de Brasil en España son pocas, y las que llegan son por lo que ha retratado el cine "gringo", por la prostitución que llega a nuestro país, por el fútbol y la samba. Pero Brasil tiene mucho más que ofrecer, de lo bueno y de lo malo ya que es una nación de contraste como casi todos los países latinoamericanos y sobre este dato se sostienen los mayores atractivos.

 Para los Brasileños su país, en la actualidad, es un universo autosuficiente, con la producción de petróleo, con la segunda mayor bolsa de valores del mundo ubicada en Sao Paulo, siendo el tercer mayor importador de productos agrícolas. Grandes en todos los sectores; aeronáutica, automovilismo, minería, sidelurgia... uno de los BRIC. Pero por detrás de este gigante económico en crecimiento está el arte. Los pobres tan cerca de los ricos, los ricos tan lejos de los pobres, todas las influencias culturales y la transformación del país dieron fruto en la ultima década a una generación de jóvenes que se retroalimentan de creatividad.

 Llegué a Brasil para trabajar como director de fotografía en la productora de unos amigos, unos chicos de entre 20 y 24 años con muchas ganas de experimentar. Con mi poca experiencia y viniendo de "la España sin valor para valorar los nuevos talentos", era alguien que formaba parte de un motor de creatividad en el que hagas lo que hagas, si sale de ti, vale!. Pronto me vi envuelto en un circulo de artistas entre Curitiba, Rio y Sao Paulo, todos entre los 20 y los 40, grafiteros-pintores, músicos, videomakers y fotógrafos que fusionan los elementos con destreza.

Uno de los mejores lugares para empaparse de "arte na rua" es el beco en la Vila Madalena, Sao Paulo. Es un museo tranquilo en la calle donde hasta el cemento viejo y los ladrillos son pintados de colorines, Sao Paulo además cuenta con la pixada; una forma de revelarse artísticamente; se mezclan parcour, escalada y aerosol, el objetivo es pintar las zonas mas altas e inaccesibles de los edificios con trazos expresivos donde desde cualquier autopista u Hotel de cinco estrellas se puedan ver, pixada significa meada. Sao Paulo tiene poco que envidiar a NY o Londres, es un lugar donde la cultura no necesita ser representada por ningún ministro, suda inspiración por los poros del asfalto.

 Rio de Janeiro no es menos, pero muy diferente, playa, menos ambiente nocturno, mas naturaleza integrada en la urbe o viceversa, pero se mantiene la cultura urbana, la "Cidade Maravilhosa" tiene el barrio bohemio de Santa Tereza, es espectacular, un lugar poco conocido por turistas y bien ubicado entre favelas en el corazón de Rio, las casas coloniales y las escaleras irregulares están llenas de mosaicos y grafity. Si se tiene la oportunidad de ir a Gamboa, una zona industrial-portuaria mas al norte en la Bahía de Guanabara tiene lugar un evento en la calle durante 3 días donde cientos de personas se unen en una gran fiesta, agarran cualquier cosa que manche y pintan, en otros lugares se mira como vandalismo... en Brasil son esponsorizados por Nike y hasta las señoras del barrio se asoman para entender lo quieren comunicar esos chavales.